lunes, 1 de noviembre de 2010

Carlos Treviño - El lado innoble de la providencia

EL LADO INNOBLE DE LA PROVIDENCIA

Por: Carlos Treviño

Tenía 2 meses de haber vuelto a Tepic. Duró 20 años en E.U. Finalmente volvió, no sé si en pos del ofrecimiento de que aquí habría empleos mejor pagados que en E.U. El caso es que se vino y aquí le estaba echando los kilos. Era hijo de un buen amigo y vivía en la cuadra donde yo trabajo. El hijo que su esposa lleva en el vientre le reforzaba el ánimo y duplicaba las fuerzas. Todo el día trabajaba. Bien en un negocio que preparaba en su casa o bien en el puesto donde vendía jugos y tortas por las mañanas de donde entregaba a domicilio en su moto. Su última entrega fue al autolavado de autos “Gamboa” la mañana del miércoles, donde lo sorprendieron y mataron balas que no eran para él. Mataron a tiros a 15 jóvenes que ahí trabajaban. Vi su esfuerzo. Percibí su entusiasmo por la vida… Estoy frustrado por dos razones: por lo injusto que e veces puede ser la vida y por la ineficiencia y el cinismo de la autoridad cuya primera obligación es dar seguridad a la sociedad. La cúspide del cinismo es la recomendación de “aceptar con serenidad” los hechos y después recetarnos una cátedra de moral, civismo y educación, a nivel nacional por TV canal 40. Probablemente esa laxitud no fuera tan contundente si uno de los acribillados fuera su hijo.

Lo fácil que es hablar de seguridad cuando se sabe cuidado por 60 agentes. Con franqueza les confieso que me sorprende e inquieta que nuestra autoridad descalifique a su propia policía. Y de repente les vuelva a otorgar la confianza. Y de repente les arrime un “quemadón” público y de dimensiones nacionales con aquella frase “…por alguna extraña razón nuestra policía siempre llega 20 minutos tarde…” Este tipo de desplantes en boca del jefe de la pandilla del barrio no me preocuparía. Los encargos públicos, requieren, según el nivel, de ciertas dosis de hilaridad y seriedad, sobre todo en los rubros neurálgicos, como la seguridad.

No será que pudiendo no quieren agarrar a los delincuentes. Mucho dicen los chismes de lavadero que las autoridades están coludidas. Se invirtieron más de 30 millones de pesos en la compra e instalación de más de 70 cámaras y se instalaron en avenidas y sitios estratégicos. Se presentaron como la panacea y ofrecieron que con eso se acabaría la delincuencia. Con esta herramienta se puede identificar a los vehículos y personas que participan en los delitos. Pero nada. Las cámaras solo sirven para ubicar donde y con quien se reúnen los contrincantes políticos y para registrar que el motociclista atropelló al ciclista y que la sra. se pasó el alto.
Y mire; con la impuntualidad de la policía y sus antecedentes de ineficiencia era imposible esperar buenos resultados pero vea Ud la buena noticia es anunciaron que atraparon a los sicarios que acribillaron a los jóvenes del autolavado. Claro; fue el ejército. No podía ser de otra forma. ¡Felicidades! Ahora falta lo mas cuichito. Seguirle la pista y conocer el móvil y al autor intelectual y sentenciar a los culpables. Ojala no pase como otras veces que los dejan libres ¡Por falta de pruebas o porque se integró mal el expediente!

Trato de dimensionar la colosal tragedia que vive mi amigo por la pérdida de su hijo Max y deseo que encuentre un camino para aminorar el brutal golpe que la suerte le deparó en complicidad con la ineficiencia de las policías, la impunidad y la colusión de funcionarios.

02 DE NOVIEMBRE DEL 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario